Tal día como hoy, a principios del siglo XIV, pudo haber nacido Teresa Díez, una de las primeras pintoras de la historia del arte español.
Teresa Dieç desarrolló su actividad artística en la provincia de Zamora entre 1320 y 1350, siendo probablemente una religiosa clarisa. Su estilo se enmarca en el llamado estilo gótico lineal o pintura franco-gótica, dentro de la escuela salmantina de Antón Sánchez de Segovia.
En el año 1955, fueron encontradas por casualidad en el Monasterio de las monjas de Santa Clara de Toro (Zamora), unas pinturas murales al fresco seco firmadas por ella con la siguiente frase: “TERESA DIEÇ ME FECIT”. A pesar de esta firma, todavía algunos historiadores del arte siguen negando su autoría, basándose en el escudo de armas contiguo y alegando que se trata en realidad de una mecenas. Sin embargo, es casi seguro que Teresa Díez procediera de una familia acaudalada de la nobleza y, por lo tanto, fuera ella no sólo la autora de la obra sino también quien la costeara.
Los frescos representan tres ciclos: el ciclo de la vida de Cristo, el ciclo de la vida de Santa Catalina de Alejandría y el de San Juan Bautista.
En 1962, todos los murales de la iglesia de las clarisas fueron restaurados, pasados a lienzo y en la actualidad se conservan en la Iglesia de San Sebastián de los Caballeros en Toro.
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