Tal día como hoy, el 16 de noviembre de 1625, falleció a los 92 años en Palermo la gran pintora renacentista italiana Sofonisba Anguissola.
Nació en Cremona en 1532, en una familia noble donde todas las hijas recibieron una educación humanista. Fue la hija primogénita del matrimonio formado por Amilcare Anguissola y Bianca Ponzoni. Sofonisba destacó desde niña en el dibujo y la pintura.
Fue discípula del pintor renacentista Bernardino Campi (1522-1591), el cual aparece representado por ella en uno de sus numerosos autorretratos.
En 1552 viajó a Roma donde conoció a Miguel Ángel y tuvo el privilegio de recibir una formación informal por parte del maestro. A pesar de estos logros, no pudo acceder a una formación artística completa, ya que el estudio de la anatomía y el dibujo del natural eran materias prohibidas para las mujeres.
Gracias a la mediación del Duque de Alba, en 1559 Sofonisba llegó con 27 años a la corte de Felipe II, ejerciendo como dama de compañía de Isabel de Valois puesto que era ese cargo el que otorgaba prestigio social. Hay que contextualizar que en aquella época los pintores eran considerados artesanos. Por tanto, Sofonisba siendo noble no podía figurar como pintora de cámara ya que hubiera significado rebajar su estatus. Ninguno de los cuadros realizados en su etapa española está firmado, ya que era una subordinada del rey. Según consta en los documentos escritos, su pintura era tan valorada que sirvió como modelo para el resto de pintores de corte, como Juan Pantoja de la Cruz o Alonso Sánchez Coello, quienes copiaron los cuadros de Sofonisba.
Cuando murió la reina en 1568 tras el parto de una niña prematura que vivió sólo unas horas, Sofonisba permaneció en la corte durante unos años más como tutora de dibujo de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela. Tras permanecer en la corte de Madrid 14 años, regresó en 1573 a Italia donde continuó con su actividad pictórica hasta la vejez. Actualmente, de los cuadros del Prado procedentes de la Colección Real sólo tres están atribuidos a Sofonisba. El primer inventario de bienes de Felipe II del Alcázar de Madrid se realizó en 1598, 25 años después del regreso de Sofonisba a Italia.
Existen varios ejemplos de falsas atribuciones en los cuadros de Sofonisba realizados durante su etapa española. El primero es el “Retrato de Felipe II” (1573), de la colección del Museo del Prado, que anteriormente fue atribuido a Alonso Sánchez Coello (1531-1588), pintor de cámara en la misma época. El segundo caso, más reciente y polémico, es “La dama del lince” (c. 1580), uno de los más célebres cuadros atribuidos hace años a El Greco y recientemente a Sánchez Coello, cuando se reconoció en el rostro de la retratada a la infanta Catalina Micaela (1567-1597), hija de Felipe II.
Estos datos plantean cuestiones sobre por qué razón algunos pintores gozan de la presunción de autoría de forma sistemática sin mayores pruebas que la datación de la época.
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