Tal día como hoy, el 19 de enero de 1882, nació en Londres la artista autodidacta Madge Gill, bajo el nombre de Maude Ethel Eades.
Fue hija de una madre soltera en plena época victoriana, con toda la discriminación social que esta condición conllevaba entonces. A los 9 años fue entregada en un orfanato y con 14 años fue enviada a Ontario (Canadá) como mano de obra infantil para trabajar en granjas.
Al cumplir los 18 años consiguió regresar a su ciudad natal, donde trabajó como enfermera en un hospital mientras convivía con su tía materna, quien le enseñó prácticas de espiritismo.
Madge Gill comenzó a ejecutar su trabajo plástico cuando ya tenía 38 años, como un medio terapéutico para superar la muerte de dos de sus hijos y una larga enfermedad tras un parto que le hizo perder su ojo izquierdo.
El proceso de creación que seguía Madge Gill consistía en entrar en una especie de trance durante la noche, en el que era poseída por un espíritu que ella denominaba “Myrninerest” (My inner rest o mi descanso interior). En este estado auto-hipnótico, ella se dejaba guiar por esa energía misteriosa y comenzaba a ejecutar, de una manera compulsiva e incontrolada, unos dibujos gráficos a tinta, donde muchas veces aparecía un mismo rostro femenino repetido obsesivamente.
También practicaba la escritura automática, así como labores de bordado y punto, en las que reflejaba la misma estética entramada de sus dibujos.
En 1932 participó por primera vez en una exposición para aficionados organizada por la Whitechapel Gallery de Londres, donde continuó exhibiendo sus trabajos durante los 15 años siguientes.
Estuvo trabajando sin descanso y concienzudamente hasta que murió a los 79 años en 1961.
Su obra se conserva en la Collection de l’Art Brut de Lausanne, la Whitworth Gallery de Manchester o el Lille Metropole Museum of Modern, Contemporary and Outsider Art (LaM) en Villeneuve d’Ascq (Francia).
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