Tal día como hoy, el 6 de abril de 1917, nació en el pueblo de Clayton-le-Woods (Lancashire) la gran artista y escritora surrealista británica Leonora Carrington.
Está considerada una de las figuras imprescindibles dentro del movimiento surrealista.
El inconfundible universo artístico de Leonora Carrington se nutre de múltiples fuentes, como la mitología celta, los cuentos góticos, la literatura esotérica, los arquetipos psicológicos junguianos, la simbología alquímica, la astrología, el tarot, las leyendas mayas o los dioses egipcios; todo ello sincretizado y filtrado a través de su personal capacidad imaginativa, casi alucinatoria.
Su primera formación artística la recibió en la Chelsea School of Art en Londres y un año después, ingresó en la academia londinense del pintor cubista purista francés Amédée Ozenfant (1886-1966).
Cuando tenía 20 años, en 1937 conoció en una fiesta a su idolatrado Max Ernst (1891-1976), presentándose a él como una admiradora. A partir de aquel momento, iniciaron una apasionada relación sentimental y se trasladaron a Francia, donde Leonora entró a formar parte del grupo surrealista, participando en la Exposición Internacional de Surrealismo de París y Ámsterdam en 1938. Al año siguiente, Max Ernst fue detenido por la Gestapo debido a su condición de intelectual antifascista y por producir “arte degenerado”.
Ante esta circunstancia y bajo la amenaza de la invasión nazi, Leonora sufrió una crisis psicológica y decidió huir a España, donde por mediación de su propio padre terminó ingresada contra su voluntad en un manicomio en Santander. De aquélla dramática experiencia, donde no sólo fue víctima de sus propios delirios psicóticos sino de las potentes drogas ansiolíticas y otros violentos métodos médicos, nació su libro “Memorias de Abajo” (Down Below)”, escrito tres años más tarde en 1943. En él narró, a modo de diario personal, su caída por el precipicio de la locura y su posterior recuperación de la lucidez. Finalmente, consiguió escapar del hospital para llegar hasta Lisboa, donde pidió refugio en la Embajada de México y acordó un matrimonio con un poeta y diplomático mexicano para desligarse del control paterno.
Desde allí emigró a los Estados Unidos y después a México en 1941, donde residió el resto de su vida.
En Ciudad de México, entabló una amistad duradera con otras artistas exiliadas como la pintora catalana Remedios Varo, la francesa Alice Rahon, o la fotógrafa húngara Kati Horna. Durante la década de los años 80, inició una nueva etapa creativa dedicada a la fundición de grandes esculturas públicas de bronce, en las que representó los característicos personajes que invaden sus cuadros.
Murió en Ciudad de México a los 94 años en 2011.
En el año 2018, se inauguró el Museo Leonora Carrington en el Centro de las Artes de San Luis de Potosí (México), impulsado por uno de sus dos hijos, Pablo Weisz Carrington (1947).
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