Tal día como hoy, hacia el año 1666, nació en Quito la pintora ecuatoriana Isabel de Santiago.
Está reconocida como una de las pocas pintoras que consiguió prestigio profesional en el arte colonial hispanoamericano.
Fue hija y discípula del reconocido pintor barroco quiteño Miguel de Santiago (c. 1630-1706) y su madre fue Andrea de Cisneros y Alvarado, emparentada con la santa Mariana de Jesús (1618-1645).
Dado que Isabel de Santiago desde niña colaboró trabajando en el taller paterno, es más que probable que muchas obras suyas estén atribuidas a su progenitor.
El 15 de enero de 1692, Isabel de Santiago se casó en segundas nupcias con el pintor sevillano Antonio Egas Venegas y Fernández de Córdoba (c. 1650-c.1700), que también fue asistente en el taller de Miguel de Santiago.
La pintura religiosa de Isabel de Santiago pertenece a la Escuela Quiteña barroca, que destaca por desarrollar un estilo basado en un sincretismo entre rasgos europeos e indigenistas, como la presencia de paisajes andinos o de personajes mestizos vestidos con indumentaria local.
La aportación personal de Isabel de Santiago se centra en la sutileza en la definición de los rostros y el detallismo técnico de los adornos florales, realizados a menudo a modo de guirnaldas flamencas.
Al fallecer su padre en 1706, Isabel ya viuda heredó su taller y continuó recibiendo encargos hasta su muerte en Quito en 1714.
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