Tal día como hoy, el 8 de diciembre de 1857, nació la pintora polaca Anna Bilińska-Bohdanowiczen en la ciudad ucraniana de Zlatopil, en el antiguo Imperio Ruso.
En 1875 se trasladó a Varsovia para estudiar música y arte.
Comenzó a exponer sus cuadros en 1876, en la Sociedad para el Fomento de las Bellas Artes (Zachęta), donde recibió elogios por parte de la crítica especializada.
En 1882, cuando tenía 25 años, se trasladó a París para matricularse en la Académie Julian, donde coincidió con la pintora Marie Bashkirtseff. Dos años después debutó en el Salon parisino y 1885 obtuvo una mención de honor en la exposición “Noir et Blanc”, que tuvo lugar en el Palais du Louvre.
En 1887 ganó una medalla de oro en el Salon de París con uno de sus autorretratos y en 1889 participó en la Feria Internacional de París, donde también consiguió una medalla de plata. En 1890, ganó otra medalla de oro en la exposición internacional en la Royal Academy de Londres.
A pesar de todos estos éxitos y reconocimientos, tuvo que ganarse la vida impartiendo clases de música y dibujo.
En su obra artística destacan sobre todo los retratos, en los que combinó una estudiada precisión en el dibujo con una valiente capacidad expresiva para transmitir el carácter psicológico de los modelos.
Anna Bilińska estuvo residiendo en Francia hasta el año 1892, cuando contrajo matrimonio y regresó a Varsovia con la idea de abrir una escuela de pintura para mujeres en esta capital, al estilo de las academias parisinas. Por desgracia, enfermó de una cardiopatía y falleció con sólo 36 años el 18 de abril de 1893.
Uno de sus retratos mas deslumbrantes es el de una mujer negra que aparece representada con una expresión enigmática en el rostro, mezcla de miedo y humillación, y que hoy en día está considerado una obra maestra. El cuadro, que fue realizado en 1884 cuando Anna Bilińska era estudiante en la Académie Julian, fue confiscado del Museo Nacional de Varsovia por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y después vendido en una subasta a un coleccionista particular alemán. Hasta el año 2011 no pudo ser recuperado de nuevo por el mismo museo, donde se conservan la mayor parte de las obras de Bilińska.